2013/01/20

El dolor y el valor de la amistad, Estitxu Gaztañaga para #miradentrodeTIC

Autora: Estitxu Gaztañaga
1º curso del Grado de Educación Primaria
E.U. Magisterio de Donostia
UPV/EHU


En Ordizia vivía una chica llamada Oneka y tenía 11 años. Con sus amigas era muy alegre y divertida, y le gustaba mucho salir con ellas. Todas las semanas solían quedar en el parque y contarse todo lo que les había ocurrido durante esa semana. Pero un día una de sus mejores amigas no apareció a la cita, y todas las amigas preocupadas le llamaron. Mae no les contestó el teléfono, y por esa razón Oneka pensó que lo mejor sería que cuando acabasen de hablar, se iría a casa de Mae.

Cuando terminó, Oneka se disponía a ir a casa de Mae como lo había pensado, pero de repente Mae pasó en coche con su padre y su hermano, y parecía que estaba llorando. En ese momento se preocupó muchísimo, porque no sabía lo que le podía pasar y ella tampoco les dijo nada. Oneka pensó que lo mejor sería no molestarla en ese momento, por lo que se fue a casa muy pensativa.

Durante toda la semana Mae no fue a clase, y sus amigas se preocuparon, ya que no tenían noticias sobre ella desde hace más de una semana. Entonces Oneka reaccionó y pensó que lo mejor que podía hacer era contarles lo que vio. Oneka así les dijo:

- Hola chicas, os tengo que contar una cosa que no os lo había contado hasta ahora porque no sabía cuál sería la razón y por no alarmaros. Estos días he estado muy preocupada por Mae. Hace una semana le vi pasar en coche con su padre y su hermano y creo que iba llorando. He estado llamándola a casa, pero nadie me ha cogido el teléfono. Mi intranquilidad no me dejaba dormir, y he estado dándole muchas vueltas a mi cabeza. Al final he llegado a la conclusión de que a la madre de Mae le sucede algo, ya que no la he visto desde entonces.

Cuando Oneka dejó de hablar las caras de sus amigas eran un cuadro. No sabían que decir. Pero Nora que era la vecina de Mae pensó que lo mejor sería contarles lo que había escuchado, y así lo hizo:

- Chicas lo siento mucho. No os lo he dicho antes porque no sé si es verdad y no quería fomentarlo, pero he escuchado algo: creo que la madre de Mae tiene cáncer.

Todas se quedaron boquiabiertas. En ese momento a nadie le salía ninguna palabra. Por esa razón pensaron que lo mejor era irse a casa y que al día siguiente ya se verían.

Llegó el día siguiente y nadie se atrevía a hablar de ello, por lo que intentaban ignorar esa conversación. Pero viendo que Mae todavía no iba a la escuela, pensaron que lo mejor era hablar del tema y hacer planes para Mae.

Día tras día hacían nuevos planes, hacían posters y álbumes de fotos e iban recopilando información sobre el cáncer. Al final sin darse cuenta, en menos de cuatro días planificaron todo el mes y tenía mucha información reunida.

Pasaron dos semanas, y fue entonces cuando Mae acudió a la escuela. Sus amigas no la querían molestar por lo que no dijeron nada. Estuvieron hablando durante más de dos horas junto a ella, y al final Mae les contó que su madre tenía cáncer. Les contó que tenía que ponerse en tratamiento y que a ella le daba mucho miedo. Pero en el instante que Mae dijo esas palabras, todas le empezaron a tranquilizar:

- Tú tranquila, Mae, ya verás cómo no es nada.
- Mae, no te preocupes que tu madre es muy fuerte.
- ...

En ese momento empezó a llorar. Ella tenía miedo de contarles lo que le estaba sucediendo, pero al ver la reacción de todas sus amigas sin excepción alguna, se alegro mucho de tenerlas a su lado. Se dieron un abrazo muy grande, y en ese momento Oneka empezó a hablar:

- Mae, yo no te voy a decir que todo vaya a salir bien, que a tu madre no le sucederá nada. Estos días hemos estado leyendo mucho sobre ese tema, y la verdad es que hoy en día no es como hace 20 años. Podrá salir mejor o peor, pero quiero que tengas una cosa clara: Nosotras, tus amigas, vamos a estar aquí para lo que necesites, cuando lo necesites y de la forma en la que lo necesites. Y para empezar te hemos hecho varios planas para los siguientes días ya que hemos estado mucho tiempo sin verte.

En ese mismo  instante, Nora le entregó el álbum de fotos:


- Mae, esto también es para ti. Resume en fotos lo que Oneka te acaba de decir. Quizás será un proceso largo, y ojala no lo sea, pero durante ese tiempo estaremos juntas. Ah, y que no se me olvide decirte que aparte de fotos, cada una ha escrito algo en alguna página, o sea, que tendrás que buscar y adivinar de quién es cada texto.


Todas empezaron a reírse. Nora era muy graciosa, y su forma de hablarle en ese momento fue muy apropiada.

Al terminar el día Mae se fue a casa muy contenta, y cuando estaban cenando les contó a sus padres y a su hermano lo que le hicieron sus amigas. Y antes de levantarse de la mesa, dijo:

- Ahora sé lo que es valorar de verdad a personas que valen la pena. Sé que no son perfectas, y que yo tampoco lo soy, que somos muy distintas y que más de una vez hemos chocado en nuestros pareceres y que seguiremos haciéndolo,  pero son estos momentos en los que te demuestran cómo son y si realmente estarían a tu lado en tus peores momentos. Me he dado cuenta de que sí, y me siento muy orgullosa de tenerlas a mi lado. Estoy muy feliz.



Así es como terminó ese día. Al final su madre se curó y todo se quedó en un susto, pero para Mae fue un proceso ameno gracias a sus amigas.

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